Diferencias entre RGB y CMYK - Lo de internet

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Diferencias entre RGB y CMYK

Empezamos por qué es cada cosa: RGB significa “red green blue” y es un sistema aditivo, es decir, añade diferentes cantidades de rojo, verde o azul para crear otros colores. Una buena manera de imaginarse cómo funciona es pensando en tres linternas: en este sistema, las luces verde y roja al combinarse crean amarillo, y si juntas todos los haces de luz, habrá tal luminosidad que sólo podrás ver el color blanco, mientras que si las apagas todas tendrás el color negro. Es un sistema basado en lo digital, los ordenadores, smartphones, cámaras, escáneres y televisiones lo usan, ofreciéndote hasta 16’7 millones de colores (en principio, el ojo humano no es capaz de percibir mucho más de un millón, aunque es una habilidad muy subjetiva). Un dato más: existe el sRGB, que significa “small” RGB, es un sistema comprimido que reproduce un porcentaje mucho menor de colores, y nació como una manera de simplificar las imágenes que iban a publicarse en internet para reducir su peso.

Con CMYK nos referimos a “cian magenta yellow key”, es decir, nuestros conocidos colores primarios y un color “clave”, que es el negro. Se lo llama “key” porque históricamente se trataba de una plancha que contenía la mayor parte de información gráfica. A diferencia del RGB, es un modelo sustractivo en cuatricromía, es decir, si antes al combinar todos los colores obtenías blanco, ahora obtendrás negro. Esto funciona así porque la luz se absorbe o se refleja, por ejemplo, si tenemos un jersey verde esto quiere decir que el jersey refleja todas las longitudes de onda componentes de la luz menos la verde. Aunque no hace falta que lo sepas, cada par de colores sustractivos crea un color aditivo y viceversa. Dado que el blanco sólo se da si se reflejan todos los colores, el porcentaje equivalente al blanco en CMYK es 0% de todos los colores, y para obtener negro necesitamos un 100% en todos. ¿Se comprende?

Veamos. CMYK es el sistema que se emplea para impresión ya que, aunque en pantalla puedas ver millones de colores, las tintas son limitadas (como ya he dicho, se emplea la cuatricromía), y es un sistema que combina diferentes porcentajes de color para crear colores nuevos. El problema es que, al no ser un sistema de “luz”, al añadir colores estos quedarán siempre más opacos, ya que (y esto es importantísimo) el blanco no se imprime si no que es el del papel. Este es el motivo principal por el que, al imprimir, los diseños no resultan igual que en pantalla: al realizar la conversión se pierden muchos tonos, un problema que resulta especialmente evidente a la hora de imprimir degradados (tenlo en cuenta a la hora de realizar tus diseños).

Un error típico es crear un documento en Photoshop que luego se enviará a imprenta sin revisar el sistema de color que emplea (que por defecto es RGB, ya que el Photoshop se usa mucho para diseñar páginas web o editar imágenes, trabajos que suelen acabar en pantalla), y terminar con un trabajo cuyos colores son bastante distintos en pantalla de lo que se ha impreso: por norma general, azules y verdes brillantes se apagan bastante al pasar de RGB a CMYK.

Idealmente, si sabes que tu proyecto va a imprimirse, deberías realizarlo en CMYK para controlar los colores, y si sabes que va a usarse en pantalla, en RGB para poder liberar tu capacidad creativa con el máximo de colores posible. Si el proyecto es mixto… mi recomendación es que emplees CMYK y así evitarás sorpresas en la impresión, aunque los colores estén un poco más apagados en pantalla.

Si además, como yo, eres un diseñador adicto al gris, uno de los colores más complicados de dominar en el proceso de impresión, también te recomiendo CMYK. En RGB usas rojo, verde y azul en idénticas proporciones que tendrán que traducirse a cian, magenta y amarillo, que suele resultar en una impresión virada al rosa, mientras que en CMYK cuentas con el negro como apoyo. Es posible que necesites hacer capas de ajuste de color para eliminar un poco de magenta al convertir de RGB a CMYK.

¿Qué programas se usan?

Bueno, el más habitual es sin duda el Photoshop, que como ya he dicho usa el sistema RGB por defecto, pero tiene muchísimas opciones para convertir a CMYK (siendo la más básica ir a imagen > modo > CMYK) y previsualizar tu diseño antes de convertirlo. Aunque Photoshop maneja mapas de bits, que significa que no podrás ampliar las imágenes más allá del tamaño con el que han sido creadas sin que se pixelen.

Mi mejor alternativa es Illustrator, basado en vectores, que esencialmente significa que podrás escalar las imágenes a cualquier tamaño sin que se pixelen, lo que lo hace el programa ideal para crear vallas publicitarias u otros trabajos de gran formato. Y mejor aún, el Illustrator emplea por defecto el modo CMYK, así que podrás enviar los diseños a imprenta directamente sin necesitar corrección de color (la mayor parte de las veces).Por mi parte, esto es todo por hoy, espero que este post os haya servido de ayuda. Ahora me he quedado pensando que quizá debería escribir un nuevo post sobre la diferencia entre las imágenes de bits y los vectores, ¿os apetece?