El formato vídeo ha ganado la partida al resto y se ha posicionado como la mejor opción por la facilidad de monetizarlo y por el trato de favor que recibe por parte de las diferentes plataformas. Es fácil de entender. Cuántos más vídeos tenga una red como Facebook o Instagram, más dinero ingresará.
Cuando hablamos de vídeo también nos referimos al contenido animado, muy habitual en los sectores en los que la información es la verdadera protagonista y requiere de elementos explicativos como gráficos. Si nos centramos en el vídeo convencional, no en la animación, conviene dejar algo claro aunque resulte evidente: actualmente podemos grabar con prácticamente cualquier dispositivo aunque es recomendable que el resultado sea lo más profesional posible. De lo contrario, podemos conseguir el efecto contrario y generar rechazo en nuestro público objetivo. En este caso la estética sí es muy importante.
¿Cómo usan las redes este contenido?
Como decimos lo que quieren las plataformas es colar la publicidad. Por eso Facebook prioriza el contenido de media-larga duración para poder incluir todos los anuncios posibles. Eso quiere decir que si hacemos un vídeo largo, Facebook nos tratará mejor.
En el caso de Instagram hay diferentes niveles de importancia o prioridad. El primero, como no, es el formato vídeo mientras que en segunda y tercera posición encontramos el carrusel y la imagen fija respectivamente. En esta plataforma, como bien es conocido, los vídeos que mejor funcionan son los mostrados en “stories”.
Finalmente Google Ads usa los vídeos de manera muy diversa. Al ser anuncios en sí mismos, se incluyen en el contenido de youtube y en auto-reproducciones en webs que tienen contratado el servicio adsense. Esta última opción es la que mayor impacto y eficiencia registra.