Age Responsive Design: web adaptada a la edad - Lo de internet

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Age Responsive Design: las web adaptadas a tu edad

Hoy vamos a hablar de una tendencia de diseño para el futuro: el Age Responsive Design (ARD). Si el diseño responsive versa sobre la adaptabilidad y la reestructuración del contenido según el dispositivo que empleará el usuario, el ARD consiste en mostrar la web según la edad que tiene el navegante.

La publicidad online lleva tiempo adaptando su contenido según los intereses específicos del público, y pronto las páginas web deberían poder hacer lo mismo. Citando a Chase Buckley, «un niño de ocho años y un anciano de ochenta no leen los mismos libros ni miran los mismos programas de televisión, así que… ¿Por qué deberían compartir las mismas experiencias online?». Si la talla única no funciona para la ropa, tampoco funciona para las páginas web. Por ello, tiene sentido que de cara al futuro se busque adaptar el contenido según los rangos de edad.

El origen de la idea

La idea está resonando como una tendencia de diseño que se pretende adoptar en los próximos años en blogs internacionales, y surge de la Dynamic Difficulty Adjusting (DDA). Se trata de un proceso aplicado a los videojuegos que consiste en cambiar los parámetros, escenarios y comportamientos del mismo de manera automática en tiempo real según la habilidad del jugador. Así se evita que el usuario se aburra, si el juego es demasiado sencillo, o se frustre, si es demasiado difícil. La idea es mantener al jugador interesado desde el principio y hasta el final, ofreciendo un nivel de retos hecho a medida para él. Es muy diferente a los juegos tradicionales, cuya dificultad crece de manera lineal o por niveles a medida que se progresa.

¿Por qué nace el Age Responsive Design?

Actualmente, la mayoría de páginas web se diseñan pensando en el usuario ideal, que suele ser el perfil de un nativo digital. Es decir, se construyen pensando en alguien que ya sabe cómo va a funcionar y dónde debe ir para encontrar lo que busca. El problema es que si el usuario es una persona que no tiene esa agilidad, habrá funciones supuestamente intuitivas de la web que le resulten confusas hasta el punto de no poder llegar al contenido que busca. Para evitar esa situación, el ARD permitiría que todos los navegantes se sientan como el usuario ideal, como si la página web se hubiera diseñado pensando únicamente en ellos.

¿Cómo se puede aplicar?

Google ya dispone de una gran cantidad de metadatos que obtiene de tu navegador y de tus cookies. Además, redes como Twitter o Facebook proveen a Google de información demográfica sobre ti, creando un perfil virtual de quien tú eres, tus preferencias, tus gustos, etc.

Actualmente esta información no está disponible para que los desarrolladores web la empleen a su gusto, pero es cierto que la información sobre los usuarios es una de las grandes bazas del comercio electrónico, y algunas empresas como Facebook ya pueden emplear la información de la que disponen para adaptar su web al Age Responsive Design. No es raro pensar que una tienda te sugiera la compra de un disco al que le has dado «me gusta» en Facebook.

Hay muchas otras adaptaciones que podrían realizarse. Terminamos con algunos ejemplos:

  • Los menús de navegación podrían expandirse o contraerse según las necesidades percibidas del usuario. Aquellos que pudieran presentar dificultades a la hora de navegar, recibirán interfaces simplificadas que les hagan más sencillo interactuar con las herramientas que ya conocen.
  • El tamaño de las fuentes, el interletrado y el interlineado podría crecer para facilitar la lectura a las posibles deficiencias visuales de los ancianos.
  • Las paletas de color podrán ser distintas: los jóvenes recibirán paletas de color más saturadas mientras que los más mayores tendrán experiencias en tonos pastel.
  • Diferentes presentaciones del contenido: Los jóvenes prefieren ver vídeos para obtener la información y los mayores prefieren leerla para retenerla.
  • Relaciones en redes sociales o vía e-mail: no es un secreto que actualmente casi todo el mundo está enganchado a las redes sociales y que comunicarse con tu público por esta vía es lo más sencillo. Sin embargo, hay quien prefiere usar canales de comunicación más tradicionales como e-mails o llamadas de teléfono.