Llega un día en el que nos surge la necesidad de crear una web. Es lo que tiene haber dejado atrás la edad de piedra. Lo primero que hacemos es googlear para saber por dónde empezar y nos encontramos conceptos con los que no estamos tan familiarizados. Demasiado lío, pensamos, y lo comenzamos a ver complicado hasta tal punto de desmotivarnos. No obstante, no es para tanto. No te preocupes. Todo se ve muchísimo más claro cuando dominas algunos conceptos web básicos que a continuación vamos a explicar. Si cuando hayas leído este artículo piensas o dices “Ah valeee!” habremos logrado nuestro objetivo.
El dominio
El dominio no es más que la dirección y nombre de tu página web. Vendría a ser tu dirección postal. Quien quiera ver tu web va a tener que ir a ese dominio de la misma manera que quien quiera ver tu casa va a tener que desplazarse hasta la dirección en la que se encuentra.
Por defecto el dominio empezará con las tres “w” seguido del nombre del sitio y terminará con la extensión. La más común es “.com”. No obstante, cada país tiene también su extensión. En el caso de España es “.es”. Una duda habitual es cuál elegir. No hay una respuesta única. Depende del objetivo de la web y de nuestro público objetivo. Si tenemos una tienda de comidas preparadas, claramente buscamos clientes potenciales españoles, más concretamente de nuestra ciudad. Difícilmente nos compraran de otro país o comunidad. Por lo tanto, en este caso optaríamos por un “.es”. No obstante, si nuestro negocio consiste en hacer páginas web, es muy posible que contacte con nosotros gente de otras comunidades e incluso países. De este modo nos conviene elegir el “.com”.
No puede haber dos dominios iguales. Normalmente la misma plataforma que nos vende el dominio nos permite comprobar si el nombre que hemos elegido está libre o si ya está en uso. Sobre el precio, hay muchísima oferta y por eso los precios varían considerablemente según donde lo compremos. Suele rondar los 10 euros anuales y es habitual que el primer año nos cobren un precio reducido.
El hosting
El hosting, o alojamiento web, viene a ser el espacio que contratamos para construir nuestra página. Siguiendo el paralelismo con el mercado inmobiliario, serían los metros cuadrados de los cuales disponemos para hacer nuestro hogar. En este caso estamos comprando un espacio que se encuentra en un servidor en el que vamos a almacenar todos los datos y archivos que formen nuestra web.
El hosting debe tener asociado un dominio. De hecho, es muy habitual que la misma empresa que nos ofrece el dominio nos proporcione el alojamiento web. Cuanto más paguemos, mayor capacidad de almacenamiento tendrá. Los más sencillos rondan entre los 40 y 80 euros anuales.
La web
El dominio, el hosting y el contenido que incluyas en la página van a formar la web. Dicho ahora parece una obviedad pero imagina si hubiéramos empezado el artículo con esta afirmación.
Para construir la web se utiliza código de programación. Para ello son necesarios ya algunos conocimientos más especializados pero afortunadamente existen gestores y editores de contenido, como wordpress, que nos ofrecen plantillas para que simplemente nos tengamos que preocupar de escribir y subir imágenes. Ahora bien, si quieres un resultado profesional, la mejor opción es delegar esta tarea en una empresa especializada como nosotros (sí, es publicidad). Lo dice el refrán: zapatero a sus zapatos.
La landing page
No vamos a dedicar muchas líneas a explicar qué es una landing page porque merece un artículo entero. Sí que vamos a explicar brevemente el concepto para que resulte fácil de entender. Este recurso sirve para mostrar al visitante un mensaje u oferta concreta y nos va a facilitar la conversión.
Más claro. Si nosotros tenemos una página con un menú, con distintos mensajes, productos… la landing page va a ser una web que solo va a incluir el elemento que queremos destacar. Por ejemplo, si vendemos zapatillas, en navidades podemos crear una landing page ofertando las zapatillas con forma de Papá Noel. O si vendemos cursos online, podemos ofrecer un ebook gratuito con un mini curso a cambio de que la persona interesada rellene un formulario y nos deje sus datos.
Esos datos personales del cliente que vamos a conseguir nos van a ayudar a conocer mejor a nuestro visitante, por lo que podremos personalizar y hacer más eficientes nuestras campañas, y nos va a dar la opción de establecer un contacto vía mail con el cliente potencial.
Las landing page suelen complementarse muy bien con Google Ads. Muchos de los anuncios pagados que aparecen en las primeras posiciones de Google llevan a este tipo de webs y no a la general de la empresa, donde la oferta es más amplia y donde es más difícil dirigir la atención a un elemento en concreto.
